miércoles, 11 de diciembre de 2013

Reflexión de cierre del curso

Esta, mi querido lector, corresponde a mi última reflexión del curso.

Sin lugar duda alguna este ha sido un curso muy demandante, pero en el cual hemos aprendido muchísimo y compartido experiencias entretenidas. En este sentido, pienso que ha influido de manera sustancial la gran capacidad, experiencia y conocimiento del profesor Álvaro Artavia Medrano. A quien le agradezco que asuma de manera tan profesional su quehacer como docente universitario, en particular de este curso.Del mismo modo brindo mi reconocimiento a mis compañeros del curso y muy especialmente a los del Grupo D: Julio, Estibaliz y Luis Diego, de quienes aprendí muchísimo.

Definitivamente las lecturas asignadas han sido exquisitamente seleccionadas, de gran provecho y muy pertinentes para el proceso de reforma de la Educación Matemática, que actualmente el Ministerio de Educación desarrolla a nivel nacional.

Me parece que el orden seguido para los trabajos establecidos fue muy adecuado, ya que en todo momento se procuró que tuviéramos en primera instancia los fundamentos teóricos necesarios para realizar las diferentes actividades propuestas, así como para emitir juicios de valor sobre de materiales y recursos educativos a evaluar, en particular de videos y libro de texto.

Al respecto quiero llamar la atención sobre la diferenciación que existe entre materiales y recursos educativos, para ello voy hacer referencia al artículo “Análisis didáctico del lenguaje algebraico en la enseñanza secundaria” de los autores Martin Socas, Matías Camacho y Josefa Hernández, en el cual se expresa: “Consideremos la noción de recursos didácticos , en el sentido de descrito en Coriat (1997), como todos aquellos materiales que el profesor utiliza en clase (pizarra, cuadernos, calculadoras, juegos, ordenadores, etc.), dejando la denominación de materiales didácticos para aquellos que se construyen con fines educativos específicos”.

Luego de esta última etapa del curso, puedo concluir que es fundamental valorar de manera objetiva todos aquellos recursos que utilicemos, así como de los materiales que les brindemos a nuestros estudiantes, pues ellos merecen siempre lo mejor.

Valoración de libros de texto

El artículo “Análisis didáctico del lenguaje algebraico en la enseñanza secundaria” de los autores Martin Socas, Matías Camacho y Josefa Hernández; es sumamente interesante y a pesar de que fue escrito en 1998, muchos de los argumentos que en él se exponen, poseen validez para la reforma en Educación Matemática que actualmente las autoridades educativas gestionan en nuestro país, con la aprobación e implementación de los Programas de Matemática, Mayo, 2012.

Su lectura nos hace reflexionar sobre los retos que como profesionales en esta especialidad nos corresponde asumir, pues debemos ser capaces de abordar los cambios curriculares propuestos, asimismo posicionarnos de manera abierta y dinámica ante este nuevo panorama; el cual sin lugar a dudas, ofrece la oportunidad de mejorar de manera sustancial los procesos de enseñanza y aprendizaje de la Matemática que se desarrollan en nuestras aulas escolares.

Por tal razón me parece también muy acertada la interrogante que se presenta en el texto: ¿es posible desarrollar e implantar programas de formación de profesores que permitan cambios en la epistemología de éstos para que la implantación de un currículo de esta naturaleza se lleve a cabo? Asimismo resulta muy sugestivo el mandato de que, los estudiantes deberán aprender a “hacer” matemáticas y comprobar que “las matemáticas tienen sentido”.

Dichos planteamientos nos exigen, como facilitadores del proceso, una selección cuidadosa de los recursos y materiales educativos a utilizar, en procura de una Educación Matemática de calidad, basada en la formación de aquellas competencias básicas que requieren nuestros estudiantes para una inserción exitosa en la sociedad actual. Particularmente en la enseñanza del álgebra, pues como se expresa en el texto: “su aprendizaje genera muchas dificultades a los alumnos y estas dificultades son de naturaleza diferente, y tienen que ver de los objetos del álgebra, con los procesos de pensamiento algebraico, con el desarrollo cognitivo de los alumnos, con los métodos de enseñanza y con las actitudes afectivas y emocionales hacia el álgebra”.

Además como indican y se cumple también en la reforma actual de Costa Rica, no se pueden pasar por alto la existencia de las nuevas tecnologías y su papel en la enseñanza de las matemáticas. En palabras de los escritores: “Las calculadoras y los ordenadores representan un recurso didáctico que bien utilizado, puede ayudar en el desarrollo del aprendizaje significativo de los conceptos algebraicos”.

Luego de la lectura detenida del artículo en mención y de las imágenes que el profesor nos facilitó y que aparecen en un libro de texto; donde se "definen" los términos "monomio" y "ecuación", estuve reflexionando si, luego de 28 años de ejercer como docente de esta especialidad, en algún momento por descuido o inexperiencia he fallado en mi obligación de presentar a mis estudiantes materiales o recursos, en los cuales los conceptos y planteamientos matemáticos que se esbozan sean correctos. Pues desde cualquier punto de vista, es inadmisible que errores tan graves como los que aparecen en las definiciones de "monomio" y "ecuación" presentadas se den, que se comercialice con ello y que existan docentes que no revisen este tipo de materiales y los proporcionen a sus estudiantes.

Probablemente existen diversos factores que influyen en la selección de los recursos o materiales a utilizar cada curso lectivo, tales como costo para los alumnos, calidad y presentación de los mismos. Desafortunadamente en los últimos años a nivel nacional, se ha dado una tendencia de las editoriales a ofrecer obsequios y descuentos a los profesores, por la adquisición y venta de los libros que ponen el mercado, por lo que en algunas instituciones los profesores se rigen más por estas regalías, sin revisar detenidamente el contenido de estos textos educativos.

Otro elemento a reflexionar y que es aún más crítico, es la deficiente formación matemática de algunos profesores, los cuales manejan conceptos erróneos que transmiten a sus alumnos y que además los imposibilita para detectar este tipo de errores en los libros de texto o bien en otros recursos disponibles. Esta situación es sumamente negativa pues produce un efecto multiplicador del error, el cual con el transcurso del tiempo es difícil eliminar. Tal como se advierte en el artículo estudiado, cuando se refieren a los errores en el aprendizaje del álgebra: “Cuando se usa ese conocimiento fuera de ese contexto genera respuestas inadecuadas, incluso incorrectas; el dominio resulta falso. Es resistente, y resultará más resistente cuanto mayor haya demostrado su eficacia y su potencia en el anterior dominio validez. Es indispensable identificarlo e incorporar su rechazo en el nuevo saber y aún así después de haber notado su inexactitud, continúa manifestándose esporádicamente”.

Es trascendental reconocer cuáles son los errores algebraicos más frecuentes que cometen los estudiantes de secundaria, de tal forma que incorporemos actividades que favorezcan la eliminación de los mismos. Para tal fin se puede vincular los contenidos estudiados con situaciones concretas, que permita a los jóvenes visualizar el resultado o procedimiento correcto, mediante el uso diferentes valores o datos. Además se puede pensar en la incorporación de la tecnología, un ejemplo lo constituye los sitios web que facilitan el desarrollo de ciertas habilidades en Álgebra, mediante la repetición de situaciones o eventos, en las cuales mediante un proceso de ensayo y error, el estudiante llega al resultado correcto.

Igualmente se puede buscar ayuda o consejo de otros colegas o especialistas de la materia, tales como nuestros profesores de la carrera en la UAM u otras universidades, así como de los asesores regionales y nacionales del MEP; quienes nos pueden orientar en nuestra mediación pedagógica.